Un santo rendido al Pilar

La Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Vaticano ha confirmado que el próximo lunes, 30 de Septiembre, se procederá al consistorio ordinario público para la canonización de los beatos Juan Pablo II y Juan XXIII, en cuyo desarrollo es posible que el actual Papa Francisco anuncie la fecha de celebración de tal esperado acontecimiento.

En este marco singular, queremos recordar las visitas del único Papa que ha pisado el templo del Pilar dejando una huella imborrable para la historia de la devoción pilarista, hablamos de Juan Pablo II.

A pesar de que fue Pío XII el que elevó a dignidad de basílica el Pilar el 24 de Junio de 1948, ningún papa había pisado la ciudad de Zaragoza anteriormente, por tanto, sus dos visitas supusieron todo un acontecimiento tanto a nivel religioso como social.

La primera de las visitas se produjo en la tarde del 6 de Noviembre de 1982. Una completa agenda dirigió las horas que el Pontífice pasó en la capital aragonesa. En todo momento Juan Pablo II dio testimonio de su devoción a la Virgen del Pilar, tanto de palabra como de obra. 

Sus palabras más hondas y emotivas estuvieron dedicadas a la Virgen y al templo: "El pilar de Zaragoza ha sido siempre considerado como símbolo de firmeza de la fe de los españoles", llegó a decir ante los medios rodeado de una masa enfervorecida. Otras declaraciones al respecto fueron: "Veo cumplirse un anhelo que ya antes deseaba poder realizar, postrarme como hijo devoto de María ante el Pilar sagrado", aseguró en la homilía que ofreció en la explanada de La Romareda aquella misma tarde.


Juan Pablo II venera el Pilar en su primera visita en
Noviembre de 1982

El momento cumbre llegó cuando Juan Pablo II acudió a la Basílica y se postró en el camarín de la Virgen,  donde oró ante la Patrona de la Hispanidad, a la que ofrendó un rosario de oro con las cuentas de nácar, y como gesto insólito hasta entonces, dejó a los pies del Pilar su solideo blanco de Pontífice, objeto que la Catedral-Basílica del Pilar atesora celosamente en el Museo pilarista, que en la actualidad está cerrado por reformas.

Para la ocasión, el conjunto sacro fue adornado con la corona y el resplandor de la Coronación Canónica y un manto realizado en la ciudad de Córdoba expresamente para la visita, trabajado en cuero repujado con aplicaciones en pan de oro y plata reproduciendo el escudo del Pontificado de Juan Pablo II. El exorno floral estuvo compuesto de claveles y gladiolos en tonos blancos y amarillos, propios de la bandera vaticana.

La segunda visita de Juan Pablo II se produjo el 10 de Octubre de 1984 en el marco de la celebración del V Centenario del Descubrimiento y Evangelización de América en Santo Domingo. Zaragoza fue el único lugar que pisó en tierra española de camino a la República Dominicana, pues el Papa quiso acercarse a la ciudad con la finalidad de poder rezar ante la Virgen del Pilar. Ese día la imagen lucía sólo la corona de la Coronación y sin manto, por expreso deseo suyo, que se mostró muy interesado en ver la Santa Columna al descubierto.


Solideo que dejó Juan Pablo II a los pìes del Pilar,
gesto que no había realizado nunca

Indudablemente la presencia del beato en el Pilar marcó un antes y un después en la historia del edificio, además de engrandecer la devoción a la Virgen. 

Desde benditayalabada.blogspot.com nos sumamos a la inmensa alegría del pueblo cristiano de poder ver elevado a los altares a Juan Pablo II, con el deseo de que la Santa Sede fije muy pronto una fecha para su Canonización. Aún así, podemos decir que hemos conocido a un santo que se rindió al Pilar.